La monitorización del campo magnético y el estado de la ionosfera en la Antártida es una importante contribución al modelado de una serie de fenómenos relacionados con la geofísica. Los observatorios geomagnéticos son estaciones terrestres dirigidas a monitorizar el campo magnético natural con el tiempo (en general durante el mayor número de años posible) en una ubicación fija. Los datos de los observatorios revelan las variaciones del campo magnético en una amplia gama de escalas temporales desde segundos hasta siglos, lo cual es importante para la comprensión de procesos, tanto en el interior como en el exterior de la Tierra. La actividad geomagnética se dispara y es modulada por la actividad solar. Y la ionosfera, la región de la atmósfera superior que influye en la propagación de ondas de radio entre lugares distantes de la tierra, también está influenciada por el Sol y el campo geomagnético.
El Observatorio Geomagnético de la Isla Livingston forma parte de una red global que en la actualidad cuenta con más de 170 observatorios geomagnéticos activos en todo el mundo. Debido a su lejanía, es un observatorio semiautomático, en el sentido de que es atendido por personal científico y técnico sólo durante una parte del año, generalmente de diciembre a febrero, coincidiendo con el verano austral. Comenzó en diciembre de 1996 con la estación geomagnética actual, aunque la instrumentación se ha ido gradualmente modernizando para cumplir con los estándares de observación, que están en continua evolución. Durante la campaña antártica 2004-2005 se incorporó un sonda ionosférica con la instalación de las antenas emisoras y receptoras de incidencia vertical y su electrónica de control.
La relativa baja densidad de datos geofísicos en la Antártida da un valor añadido a nuestro observatorio. Además, tener largas series de datos en una ubicación concreta proporciona información sobre la evolución temporal de la magnitud física a medir, que es esencial para muchos estudios, como los relacionados con la variación secular del campo magnético principal, con las variaciones estacionales de tanto el campo magnético como de los parámetros de la ionosfera, o los relacionados con la variación del ciclo solar de 11 años en ambos fenómenos. La disponibilidad de más de 25 años de datos geomagnéticos, por ejemplo, permite eliminar efectos transitorios en los datos magnéticos y ionosféricos, que de otra manera serían sesgadas por razones naturales, o cuando menos ofrecer una visión incompleta de la conducta real. El objetivo del observatorio es, pues, monitorizar tanto la actividad geomagnética e ionosférica y enviar los datos a España en cualquier momento para que puedan ser analizados y procesados en tiempo real, incluso cuando la Base Antártica Española Juan Carlos I está desatendida durante el invierno austral.
Se puede obtener más información sobre los instrumentos de medida y tratamiento de datos geomagnéticos en los boletines online. Para los datos, se pueden consultar los centros mundiales de datos (p.e. WDC Edinburgh), nuestros catálogos (catálogos de datos Livingston) o visualizar los magnetogramas (magnetogramas Livingston) e ionogramas (ionogramas de Livingston).
Si quereis saber más sobre nuestras expediciones en la Antártida, leed esta noticia, esta entrada en el blog de El Pais #Somos Antártida, o mirad la entrevista del programa Ben Trobats de El Punt Avui+ Televisió del día 12 de enero de 2016. A continuación encontrareis también el vídeo "Observatori de l'Ebre, 20 anys investigant el camp magnètic a l'Antàrtida", producido por Antena Caro.